EL MILITARISMO EN VENEZUELA (II) Por Víctor José López
VENEZUELA, UNA LUCHA PERMANENTE ENTRE LA BARBARIE Y LA LIBERTAD (II)
Entre los oficiales rebeldes que comandaron el intento al fracasado golpe del 4 de febrero de 1992 se encontraban, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta Hernández. (Orígenes de la casta militar del chavismo)
Por Víctor José López
Por Víctor José López
Hoy día, manifestar la insurrección en Venezuela, como réplica a la opresión, es ofrecerle el suicidio al régimen militar que nos somete con su fortaleza. Un cambio, salir del gobierno por una insurrección militar, no se presentaría como un acto de justicia popular en una nación descontenta con el gobierno.
Los militares de la nueva casta, el chavismo y su domo, se identifican hoy en un clan dentro de una sociedad anónima de corruptos. Dependen intereses, distintos a los de la nación, porque en su opulencia les confunden con la oligarquía. La realidad ha sido que la opresión de la fuerza militar a los ciudadanos que reclaman sus derechos, más bien proponen con su represión criminal aplastar al ciudadano, igualarlo desde abajo, a nivel de la pobreza y de la miseria, y ubicarlo en una clase obediente aterrorizada por el recurso de la tortura y del secuestro judicial, masa ignorante, más cercana al lumpen que a la propia clase media.
A día siguiente del intento de golpe de Estado y Magnicidio del 4 de febrero de 1992 de aquellos paracaidistas, el presidente de Cuba, Fidel Castro, le envió un mensaje de apoyo al presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez. Y fíjese usted por donde salta la liebre en el curso de la Historia Torcida. Hoy todos ellos en una u otra forma han sido “fidelistas” o “Castristas”, han sembrando el castro comunismo con el dinero de los venezolanos; y, jamás hubiéramos creído que El Comandante fuera capaz de escribir este mensaje de apoyo a quien intentó asesinar un día antes:
Estimado Carlos Andrés
LA HABANA (PL) El presidente cubano Fidel Castro, manifestó su solidaridad con el primer mandatario venezolano Carlos Andrés Pérez víctima de un fallido intento de golpe de Estado.
A continuación Prensa Latina transmite textual la misiva del líder cubano.
Estimado Carlos Andrés:
Desde horas tempranas del día de hoy cuando conocidas las primeras informaciones del pronunciamiento militar que se está desarrollando, nos ha embargado una profunda preocupación que comenzó a disiparse al conocer de tus comparecencias por la radio y la televisión y las noticias de que la situación comienza a estar bajo control.
En este momento amargo y crítico, recordamos con gratitud todo lo que ha contribuido el desarrollo de las relaciones bilaterales dentro de nuestros países y su sostenida posición y respeto hacia Cuba.
Confío en que las dificultades sean superadas totalmente y se preserve el orden constitucional, así como tu liderazgo al frete de los destinos de la hermana república de Venezuela.
Fraternalmente
Fidel Castro Ruz
Más tarde habiendo fracasado como estratega militar Hugo Chávez salió de la prisión incólume, con sus derechos ciudadanos intactos. La democracia le abrió las puertas, y en el ir y venir logra integrarse a regañadientes, al método eleccionario en la campaña electoral contra restos de partidos políticos despedazados por la antipolítica. Chávez se acurruca bajo el ala del águila depredadora de Fidel Castro, También de la traición nació el castro comunismo en Venezuela. La historia los ha juzgado implacable.
El 5 de julio de 2017 la historiadora Inés Quintero hizo referencia de estas situaciones en discurso brillante ante la Asamblea Nacional. Lo hizo como Oradora de Orden, aquel día que será histórico porque el mismo día hordas castro comunistas atacaron la Asamblea momento el militarismo recurrió a los estamentos paramilitares, esos que gritan el lema difundido en las arengas de El Ché Guevara, “Hasta la victoria siempre”... Hizo referencia la doctora Quintero a Rómulo Gallegos, quien como presidente de la República decretó que el 5 de julio fuese celebrado por las Fuerzas Armadas en homenaje a la Independencia. Incorporó al programa de actos un desfile militar a la celebración de un hecho histórico cuya signicación es esencialmente cívica y republicana. Este añadido, el desfile militar, al ritual conmemorativo de la Independencia, no se vio modificado a partir de 1959 y todavía en la actualidad se mantiene. En opinión de la doctora Quintero, presidenta de la Academia de la Historia, va siendo tiempo de eliminar la presencia de las Fuerzas Armadas en la conmemoración de este hecho memorable de nuestra historia y de nuestra vida republicana y comenzar a pensar en la posibilidad de convertir el 5 de julio en una gran fiesta ciudadana.
Fue el Golpe Militar del 18 de octubre de 1945 lo que introdujo el militarismo en Venezuela como lo conocemos hoy. Casta militar creada e identificada entre las naciones sudamericanas –Brasil, Uruguay, Chile y Argentina- que transformó la Fuerza Armada de factor de poder a árbitro de la política. Considerando que la “casta militar” no es mas que el ocaso de la libertad y un desprecio a la dignidad humana. Es una nueva guerra contra los procesos de reformas sociales y democráticas.
La casta militar en Venezuela, con el pretexto de expandir la Revolución Bolivariana, como legado de Hugo Chávez, es una casta millonaria integrada de militares de la escuela fundada por Fidel Castro en Cuba. Tienen el control absoluto en el ámbito político y la economía dolarizada. Los militares defenderán con fuerza el legado de Hugo Chávez, un engendro simbiótico en el que coexisten el Capitalismo Salvaje Militar de Estado y una Dictadura Militar Dinástica de Perfil Estalinista. La Fuerza Armada Bolivariana defenderá su permanencia en el poder y el disfrute de las fortunas millonarias que han amasado con la sangre y la miseria de la nación venezolana.
El primer gobierno militarista de la historia de Venezuela fue la Junta Revolucionaria de Gobierno creada la noche del 19 de octubre de 1945, que integraron ciudadanos civiles miembros de Acción Democrática (Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios y Luis Beltrán Prieto Figueroa), un independiente (Edmundo Fernández) y dos militares: teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud y capitán Mario Vargas, creador de la UMP (Unión Militar Patriótica), que era de vocación militarista.
Comienza con esta Junta Militar de Gobierno el fenómeno distinguido como de “juntismo”. En el siglo XX habrá cuatro “juntas” de gobierno (1945, 1948, 1950 y 1958). Desde 1811 hasta hoy día, la suma de años de gobiernos presididos por militares (dictaduras o no) o bajo su égida, alcanza a 151, mientras que los civiles a 49.
La etapa democrática se inició con una Junta Cívico-militar de Gobierno constituida gracias al Pacto de Punto Fijo. Los militares cedieron el poder político a los civiles y siempre mantuvieron niveles de influencia. En este sentido, de se unieron a la dirigencia de los partidos políticos gobernantes y se desarrolló un sistema de alianzas con los altos mandos. Alianzas que no solo permitieron a los militares inmunidad, sino que instalaron áreas de influencia, seguridad y defensa, acceso a los presupuestos y adquisiciones y combatieron, siguiendo los lineamientos de la política exterior norteamericana, a los grupos radicales de izquierda y los movimientos guerrilleros.
La corrupción empoderó a los militares sobre el resto de los ciudadanos. La influencia política del sector castrense alcanzó un nivel medio desde 1962 hasta 1992. La influencia política del sector castrense alcanzó un nivel medio desde 1962 hasta 1992. La dirigencia de los partidos políticos gobernantes desarrolló un sistema de alianzas con los altos mandos, según la cual los militares recibirían inmunidades en áreas de influencia y privilegios institucionales o profesionales.
Luego de la derrota de los grupos guerrilleros, muchos de ellos organizadores y preparados en Cuba por el propio Fidel Castro, los militares se plantearon como táctica penetrar los liceos y las universidades, los cuarteles y las escuela de formación de oficiales y sub-oficiales; además, mantuvieron operativos y células de activistas visibles de estas agrupaciones radicales.
Las expresiones visibles eran los recurrentes disturbios estudiantiles y la actividad propagandística en las universidades públicas. La actividad invisible era la conformación de grupos conspiradores entre la oficialidad.
Con el Caracazo en febrero de 1989 y por los intentos de golpe de Estado en febrero del 92, la influencia militar se incrementó y desde ese momento los sucesivos gobiernos han dependido para su supervivencia del apoyo del sector castrense, hasta llegar a convertirse los militares con el triunfo electoral de Hugo Chávez en los gerentes políticos de la revolución bolivariana.
A la vista con la gran cantidad de cargos en la administración pública del Estado, ocupados por militares activos o retirados, y por la responsabilidad en el diseño, ejecución y evaluación de las principales políticas sociales del país. Manuel Caballero (1998:77-94) refiriéndose a las fuerzas armadas como nuevo actor político afirma lo siguiente: -El 18 de octubre de 1945 estalló una revuelta militar en Venezuela. No fue, como pretendieron sus protagonistas en el momento, un movimiento cívico-militar, sino, como lo reconoció Rómulo Betancourt años más tarde, un pronunciamiento militar clásico con apoyo de un pequeño grupo de civiles, apoyo que se amplió considerablemente cuando se supo que el grupo estaba formado por cuatro dirigentes fundamentales del partido AD, y que desde luego fue confirmado de manera avasallante en las urnas electorales. (...) Apartemos toda otra consideración para decir que si lo fue el hecho de haberse convertido después de sus dos intervenciones victoriosas en un octubre del 45 y en noviembre del 48 en un partido político que, por ser armado, sólo tiene dos opciones siempre: o ser el instrumento de la guerra civil, es decir, de la guerra entre partidos irreconciliables, sangrienta e inexplicable; o en ser el instrumento de la tiranía”.
Otro punto de vista interesante sobre el 18 de octubre es el del historiador Germán Carrera Damas, quien indica que: - El movimiento cuartelario del 18 de octubre de 1945 (entre los oficiales dirigentes figuraba Marcos Pérez Jiménez), con la posterior incorporación de los sectores populares (aportados por el Partido AD, dirigido por Rómulo Betancourt), tuvo extenso y profundo eco en todos los ámbitos de la sociedad. Su inesperada irrupción se produjo contra un gobierno que parecía a buen resguardo de actos semejantes, dado su tono democrático y popular, puso término a la polémica de cómo habría de desenvolverse la vida política del país, si pausada y progresivamente o con acelerada radicalización.
La Junta Militar de Gobierno que se encargó el poder en 1952, apenas encargada, lo primero que hizo por órdenes de Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, los tres tenientes coroneles del triunvirato fue desmontar todo el orden institucional. Al ser asesinado Carlos Delgado el 13 de noviembre de 1950, se abrió un período hasta el 2 de diciembre de 1952. El magnicidio de Delgado Chalbaud colocó a Pérez Jiménez en la Junta como el hombre fuerte del gobierno, sin embargo le abrió el camino al abogado y profesor universitario Germán Suárez Flamerich, que se encargaría de la presidencia pro témpore con un hábito cívico dándole un soplo de civismo a la muy militarizada situación de gobierno. Fueron dos años de incertidumbre, traiciones y desarreglos que culminaron con las elecciones del 30 de noviembre de 1952, y el fraude desconociendo el resultado electoral.
Fraude perpetrado por la mayoría de los oficiales de las Fuerzas Armadas, lo que condujo al golpe de Estado del 2 de diciembre que produjo la dictadura de Pérez Jiménez, un régimen que dura cinco años y dos meses, hasta cuan- do fue derrocado el 23 de enero de 1958.
En un acertado análisis de la Junta de Gobierno de 1952, el historiador Andrés Stambouli llega a la conclusión que ésta, la Junta de Gobierno, procedía a un desmontaje de todo el orden institucional democrático representativo. Los primeros pasos fueron la detención y exilio de los principales dirigentes del partido AD. De esa manera los militares en el gobierno iniciaron el proceso de desmovilización política de la sociedad que existía en 1952. Se aprovechaba de la desinformación para provocar desconocimiento de los resultados de las elecciones realizadas para elegir la Asamblea Constituyente.
Para Andrés Stambouli, Pérez Jiménez, ideólogo del nuevo régimen denominado como “Nuevo ideal Nacional” -Se apoyó en un sustantivo aumento de los ingresos fiscales petroleros, por lo que el grueso del gasto público se destinó a obras de comunicaciones, construcciones y complejos arquitectónicos monumentales concentrados en zona la central del país, y fundamentalmente en la capital.
El carácter militarista de la década del 1948 a 1958 es un hecho: todos los cambios de gobierno de estos años se hicieron en nombre y por autoridad del alto mando militar.
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